Demasiada carne
Es un error generalizado creer que los más pequeños tienen que comer mucha carne, pues es rica en proteínas y este es un nutriente esencial para su crecimiento.
Proteínas para el crecimiento
Los requerimientos de proteína durante la infancia pasan de 2,2 gramos por kilo de peso y día (g/ Kg/ día ) en el primer semestre de vida, a 1,5 g/ Kg/ día, en el segundo semestre, y a 1,2 g/ Kg/ día, en el periodo de uno a tres años. Esta diferencia cuantitativa de proteína se explica porque este nutriente sirve al crecimiento, el cual disminuye notablemente en los dos primeros años y apenas se ve influenciado por la actividad física del niño durante esa etapa.
El crecimiento del niño de uno a tres años se va haciendo más lento y progresivo por lo que la cantidad de alimentos proteicos -carnes, pescados, huevos, leche y derivados-, no es tan importante como la que habitualmente se ofrece.
El porcentaje de energía aportado por las proteínas a estas edades oscila entre el 10 y el 15 por cierto. Esto obliga a considerar en su justa cantidad el suministro de alimentos proteicos al niño, ya que en general se sobreestima su necesidad, lo que hace que sea habitual encontrar a estas edades raciones de alimentos proteicos que superan el 15 por cierto del valor energético total. Para hacernos idea de este hecho, piénsese que si un niño toma dos vasos de leche, 50 gramos de carne, un yogur y 1 loncha de jamón cocido a lo largo de las distintas comidas del día, el aporte de proteína es de aproximadamente 40 gramos, superior a las necesidades del niño de uno a tres años, que se estima es de 1,5 g/ Kg de peso/día.
Educación de hábitos dietéticos
Hay demasiadas madres y padres que se preocupan si sus hijos rechazan el enorme bistec que se les ha preparado. Se producirían muchos menos conflictos en las comidas si las raciones fuesen razonables, y además no se trasmitiría el concepto equivocado de que el hambre hay que saciarla con la misma cantidad de proteínas que necesitan las personas adultas. Para muchas personas es inconcebible no tomar carne o pescado o huevo tanto en la comida como en la cena, por lo que con un menú basado en un primer plato de ensalada y un segundo plato a base de arroz, pasta o legumbre, tienen la sensación de que no les va a saciar el apetito.
Los datos del último estudio sobre hábitos alimentarios de la población infantil y adolescente, así lo confirman. Niños y adolescentes comen carne en exceso, mientras que no llegan a la cantidad recomendada de verduras, frutas, legumbres y pescados. Los desequilibrios dietéticos mantenidos en el tiempo se asocian a un mayor riesgo de aparición y desarrollo de numerosas patologías, que perfectamente se podrían prevenir desde la infancia con una adecuada educación básica en alimentación.
La deficiencia de proteína es rara en niños en nuestro país, en parte por la importancia cultural de los alimentos proteicos. Quienes tienen más posibilidades de riesgo de consumo inadecuado de este nutriente son los niños que consumen dietas vegetarianas estrictas, quienes tienen múltiples alergias alimentarias o aquellos que ven limitada su selección de alimentos a causa de dietas caprichosas, problemas de conducta o acceso limitado a los alimentos.